7/7/08

ODISEA EN LA HABITACIÓN 46

No puedo creer que esas dos horas eternas de operación hayan terminado, después de todo era sólo para sacarme un pedazo de grasa que tenía pegado al huesito dulce.
Recostado en mi cama lo único del cuerpo que me quedaban eran las manos, una debilitada por la acción del suero, y la cabeza, que por suerte había quedado intacta; lo demás estaba todavía dormido por la anestesia. Entre que mis padres no me dejaban hablar y todo estaba en completo silencio, en vez de una habitación de hospital, parecía una sala funeraria.
Lo único que me mantenía despierto era el recuerdo de las palabras del anestesista, “las chicas son como huesitos y vos sos el perro... ¿qué esperas para roerlos?”, a quién se lo podría ocurrir semejante frase. “Todavía quedan médicos que les gustan hacer reír a sus pacientes, lástima que con chistes machistas...” dijo mamá cuando le conté lo que había dicho, en la guerra de los sexos ella era la Napoleón Bonaparte de las mujeres.
Ya era de tarde, comenzaba a sentir de a poco como la mitad dormida de mi cuerpo empezaba a despertarse y con ello, se sucedieron las ganas de ir al baño. Nunca se me habría ocurrido que esa iba a ser una mala experiencia. Desesperado por no poder hacer en el papagayo, la figura del doctor que no había aparecido en todo el día, me ordenó poder pararme e ir al cuarto de baño.
Casi corriendo me adelante a mi papá, que iba detrás mío con el palo del suero. No hice más que pararme en frente del inodoro y levantar la tapa que todo mi mundo se torno, de un color amarillo, por la luz del sol que entraba a través de la ventana, a uno gris oscuro fruto de mi desmayo.
Fueron unos cuantos segundos, en los cuales toda mi vida se me cruzó por la mente y millones de voces extrañas susurraron en mi oído. Todo era producto de mi estado de delirio. Cuando abrí los ojos, el doctor me estaba golpeando la cara, mi papá, manchado de sangre, me rogaba que volviera en si, y la enfermera me miraba sorprendida.
Logré pararme. Volví a desmayarme. Tirado en la cama, mi mamá rezaba para que no me muriera y mi hermana me ventilaba con la revista del supermercado de la vuelta de mi casa, mientras me pedían que no cerrara los ojos para mantenerme despierto. Finalmente los cerré. Me dormí.
Cuando desperté ya era de noche, pensaba en que ya nada podía salir peor. Me equivoqué. Una enfermera gorda entró por la puerta con el carrito de la comida. Mi papá me acercó una mesa y comenzó a darme la comida en la boca, una sopa de verduras horrenda que podía haber servido tranquilamente como jarabe vomitivo; un pollo, la siguió, no fue mejor, junto con un puré de zapallo al que le faltaba sal. Diez minutos pasaron, cuando mi estómago se revolvió; veinte cuando no paraba de devolver.
La media noche había llegado, cansado por la actividad que había tenido en la tarde intenté dormir. No pude. En el momento en el que había apoyado mi cabeza en la almohada, una estampida de niños comenzó a correr por los pasillos y una música fuerte sonaba en la cocina. Sin aguantar, muy enojado, mi padre salió de la habitación y lo que vio lo indignó. Las enfermeras y médicos de turno estaban haciendo una fiesta.
No lo podía creer, una vez que les dio la reprimenda, se quedó profundamente dormido en la cama vacía que estaba al lado de la mía. La fiesta volvió a comenzar, con el doble de potencia que la primera. Mi padre dormido como oso, nada podía hacer. Yo tenía que tomar las riendas de la situación. Esa fue la peor decisión que podía haber tomado.

Tirado en el suelo de la habitación 46, se encontraba el cuerpo de un joven sin vida, que había seguido sus impulsos. Le habían partido un plato en la cabeza, ya nada se podía hacer.

FIN
COMENTARIOS DEL AUTOR
Aquí unos de los primeros cuentos que escribí concientemente. Tiene ya dos años y está basado en mi experiencia hospitalaria que tuve que pasar cuando me operaron de un quister en el coxis (huesito dulce); dicho sea de paso, me cague esas vacaciones de invierno.
Como se darán cuenta nose que me pasa psicológicamente que en los dos cuentos que publiqué se muere el protagonista, algo tengo con la muerte! Es mi mi amiga! =P jaja. En un futuro los publicare en un libro que voy a titular ANTOLOGÍA MORBOSA Xp. Espero tener tanto exito como Cortazar! O.o No pretendo mucho, no?
En este tiempo pasaron muchas cosas en 3ºHu.soc que no voy a comentar porque van a salir publicadas en el diario de 3º H que no tiene nombre todavía pero que va a estar bueno, y para el cual escribí varios artículos.
Otra cosa, este es el mes del amigo y de las vaks de invierno. Con respecto a lo primero, espero tener tiempo e inspirarme para dedicar un posteo a todos mis amigos y alguna reflexión acerca de la tan importante amistad (por lo menos para mi). Y para lo segundo, estoy muy ansioso porque en una de esas me voy a Tucumán que hace seis años que no voy.
Danto interesante, y sorpresivo para mi, la entrevista a Espil Rodriguez que hice hace unos meses (post anterior) fue llevada a su museo La Escuelita de Espil. Se imaginaran mi emoción y orgullo.
No los aburro más! Me despido hasta el próximo post!
Piensen las cosas importantes, para lo demas sigan su corazón! =D

1 comentario:

  1. Matyy :) espero que te ande mejor la compu xD
    Me hice un blog :) lo que es estar al pedo :P
    Te Quieroooooooooooooo :D

    Ann,

    ResponderBorrar

Espero les haya gustado el post!!! Firmen lindo!! =)